Tres reyes mágicos nos acompañan en el
reportaje de hoy...
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VW GOLF GTI MK1
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Ya
han pasado cuatro décadas del nacimiento de la categoría de los GTI, y los
primeros modelos ya son históricos por derecho propio.
RENAULT SUPERCINCO GT TURBO
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El tiempo requerido ha hecho su obra y parece que ahora ya, por fin, se valora por sus cualidades y originalidad a los pocos ejemplares que han conseguido sobrevivir.
PEUGEOT 205 GTI 1.6
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Es
el momento de considerarlos con perspectiva, cariño y sentido crítico.
Entendemos
que la elección de estos tres modelos puede resultar un tanto llamativa, puesto
que el VW Golf MK1 no coincidió en el mercado con el Peugeot 205 GTI y el
Renault Supercinco GT Turbo.
A finales de
los 70 y principio de los 80, los GTI debían ser modelos innovadores, pensados
para un público joven, de dos puertas, a la vez potentes y ligeros y
evidentemente con un chasis eficaz a la par que garantizase cualidades
deportivas.
Volkswagen
se nutrió de la tecnología de Audi, el cuatro cilindros de 1.588 cc y la caja
de cambios de cuatro relaciones derivaban del Audi 80 GT, que rendía 100 CV en
la variante carburada. En el Golf GTI de 810 kg, el motor equipado con una
inyección Bosh K-Jetronic alcanzaba 110 CV.
Este GTI no
tenía rival, puesto que en 1976 los modelos compactos de otras marcas eran
coches claramente más pequeños y burgueses de concepción más antigua y
desfasada.
Este modelo
reino prácticamente en solitario hasta 1983, fecha en que fue sustituido por el
Golf MK2.
El Golf MK2
GTI entró en lucha directa en el 84 con su primer competidor directo, el
equilibrado y pujante Peugeot 205 GTI, y un año después, en 1985 con el
sobrealimentado Renault Supercinco GT Turbo.
Motor:
4 cilindros
en línea, bloque de fundición de hierro, culata de aleación y refrigeración
líquida.
Posición: delantero transversal. Cilindrada:
1.588 cc Distribución: árbol de levas en culata y 2 válvulas en cabeza
por cilindro. Potencia: 110 CV a 6.100 rpm.
Prestaciones:
Velocidad
máxima: 190 km/h Aceleración
0-100 km/h: 8,6 s
En Peugeot la estrategia fue declinar el modesto utilitario en modelo de competición para que el mundial de rallyes se convirtiera en escaparate publicitario. El triunfo fue absoluto y Peugeot lanzaba un 205 GTI copiando descaradamente la fórmula del modelo alemán.
Este
equipaba un motor de 1.600 cc que empezó rindiendo tan solo 105 CV.
El 205 GTI
marcó nuevas referencias en comportamiento y tomó el relevo del Golf como el
GTI de más éxito del momento. El departamento de competición de PTS lo
transformó enseguida en coche de carreras -existía un caro kit para sacar 125
CV al motor 1.6- con trofeos en el Grupo N y desarrollos de Grupo A, que
plagaron los rallyes y formaron una generación de pilotos, entre los que figuraban
nombres como
Sebastian
Loeb.
Motor:
4 cilindros
en línea, bloque y culata de aleación y refrigeración líquida. Posición:
delantero transversal. Cilindrada 1.580 cc. Distribución árbol de
levas en culata y 2 válvulas en cabeza por cilindro. Alimentación
inyección Bosch L-Jetronic Potencia 115 CV a 6.250 rpm.
Prestaciones:
Velocidad
máxima: 196 km/h Aceleración
0-100 en 8,8 s
Y como no hay dos sin tres, Renault se sumó a la moda y atacó el nuevo nicho de los pequeños deportivos con su polivalente Supercinco, pero con un planteamiento radicalmente distinto al de sus contrincantes.
Si había un
constructor especialista en el terreno de estos <<matagigantes>> en
aquella época, era sin duda Renault, que contaba en su producción con
brillantes referentes de altas prestaciones (Gordini y Alpine).
En
septiembre de 1984 veía la luz el Supercinco, decepcionante por su similitud
con el Renault 5 original.
Lucía una
carrocería aderezada con un auténtico kit aerodinámico formado por spoiler,
alerón, aletas ensanchadas y faldillas laterales que le daban un innegable
toque deportivo.
Bajo
el capó ocultaba el mismo motor tipo Sierra de principios de los 60 que llevaba
el R5 Alpine Turbo, pero con una profunda puesta a punto que incluía encendido
electrónico, un intercambiador aire/aire y un turbo Garret T2 más pequeño. Por
el contrario, perdía la culata hemisférica <<cross flow>>, los pistones
forjados y el radiador de aceite separado.
La
experiencia en competición de Renault con los motores sobrealimentados
consiguieron hacer del GT Turbo una bomba de carreras. Sus 115 CV dieron mucha
guerra a sus contrincantes, ya fuese en carretera abierta, en tramos cerrados o
en circuitos.
Motor:
4 cilindros
en línea, bloque de fundición de hierro, culata de aleación y refrigeración
líquida. Posición delantero transversal. Cilindrada 1397 cc. Distribución
árbol de levas lateral (cadena) y 2 válvulas en cabeza por cilindro. Alimentación
carburador Solex 32 DIS simple cuerpo, turbocompresor Garret T2 (0,7 bar) e
intercambiador aire/aire Potencia 115 CV a 5.750 rpm.
Prestaciones:
Velocidad máxima 197 km/h Aceleración 0-100
en 8,6 s.
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