Este R5 se creo desde cero, ya que contaba con un motor central que mandaba toda su potencia al eje trasero. Sin embargo lo que realmente llamaba y sigue llamando la atención es el diseño de su carrocería, el cual le permitió asociarse ese apelativo de "culo gordo".
Ya desde su presentación en el año 1980 se concibió como un automóvil de carreras y se homologó inicialmente en la categoría 4, aunque no mucho después ascendió al legendario grupo B, categoría en la que predomino el modelo durante las temporadas desde 1983 hasta 1986 en el Campeonato Mundial de Rally.
El concepto mecánico del R5 Turbo inspiró a la federación internacional en el momento de redactar el Grupo B. La mayoría de los vehículos de esta categoría tenían motor central y tracción trasera al estilo del modelo francés.
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