Hace ya, más de 30 años que el extremeño Arturo Estévez
Varela ideó ese invento que tras pasar por muchas trabas administrativas para
ser ocultado y enterrado finalmente salió a la luz. Hablamos del muy poco
conocido motor de AGUA.
En realidad no se trata de un motor cuyo único combustible
es el agua, sino que hablamos de un generador de hidrógeno a partir de agua que
se suministraba junto con un reactivo cuya composición nunca reveló Estévez.
Los cálculos del inventor probaban que con 2 litros y medio
de agua y un kilogramo de su <<producto secreto>>, conseguía tres
metros cúbicos de hidrógeno, en otras palabras, la misma cantidad de calorías
que producen 9 litros de gasolina de 96 octanos. Con ese combustible, Arturo
circuló durante 2 horas por la plaza de Sevilla con una motocicleta a la que le
había sustituido el depósito por su generador de hidrógeno.
Entre tantas y tantas teorías, se mueve la posibilidad de
que la patente del motor de agua le fue comprada al inventor por una gran suma
de dinero para ser posteriormente arrinconada ante la amenaza que suponía para
un sistema basado en “el oro negro”.
Y… esto es verdad o mentira. Pues es algo que nunca podremos
saber, lo que sí está más que comprobado es que en las oficinas de Patentes y
Marcas del Ministerios de Industria no existe nada que haga referencia al motor
de agua de Arturo Estévez. Entre los registros sí que aparecen algunas
versiones parecidas, pero ninguna se le parece a la del inventor extremeño.
Las gestiones hechas desde entonces para su localización han
resultado infructuosas, parece haber sido borrado del mapa, de existir todavía
contaría 92 años.
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